Por: Oreidis Pimentel

El momento de mayor gloria de Rafael Fortún quizás no fue su título en 1951, ni siquiera sus tres coronas centroamericanas en los 100 metros planos o su participación olímpica. ¿Cómo es posible? ¿Cuáles podrían ser mejores credenciales que esas medallas o actuaciones de «El Guineo Fortún«?

Hubo otros minutos más discretos, de mayor humildad y trabajo que nunca aparecieron en las múltiples biografías del campeón cubano, un hombre que soñó con una medalla olímpica, que entrenó descalzo, que corrió por casi veinte años, que fue despedido por representar a su país y que, de manera paradójica, dos años antes había rechazado un cheque:“Yo nunca competiré contra Cuba”. Seguir leyendo «Rafael Fortún: «Yo no competiría contra Cuba»»